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El futuro del ERP

el futuro del erp

La última interfaz de usuario y un doble desafío*.
Por SVETLANA CZYZ
Advisor Calipso

En marzo del año 2020 el mundo entero se confinó: las oficinas se cerraron, las computadoras se apagaron, la máquina de café quedó en silencio…pero los negocios no podían detenerse.

Fue entonces que las empresas supieron que un ERP en la Nube no era solo un valor agregado: se convirtió en una necesidad y se impuso como la mejor estrategia posible para sostener el trabajo remoto que la pandemia nos dejó.

Hoy podemos asegurar que el ERP en la Nube marcó el impulso definitivo de la transformación digital, pero ya no es el futuro y la clave de su evolución será entenderlo como servicio, no ya como producto.

Por eso, la próxima generación de ERP debe pensarse no solo como ese corazón de la empresa que lo convirtió en herramienta clave para organizar toda la información de la compañía y facilitar la toma de decisiones. Como si fuera un organismo vivo, también necesitamos pensar en lo que rodea a ese corazón, lo que hay por fuera: la piel, la última capa donde dialoga con el usuario.

Esta perspectiva propone la búsqueda de una experiencia conversacional del ERP menos monolítica y pasiva, y más interactiva, fluida, fácil y accesible a todos los perfiles de usuarios. Esa última capa o interface, la comunicación, como una herramienta que pueda ser reversionada según la necesidad, el conocimiento y la praxis de quien la utiliza. Es decir: no un diálogo de uso del sistema; sino un diálogo con el sistema.

La comunicación en el ERP, un desafío doble.

El reto es mayor cuando, en esta innovación, se tiene en cuenta que hay dos tipos de usuarios y en cada uno emergen necesidades diferentes.

Por un lado, el usuario final, cuyas tareas son impuestas, mecánicas, no tiene que tomar decisiones y su diálogo con el sistema es repetitivo. Para este usuario, sería ideal un ERP que también se comporte como asistente: un sistema que autoaprenda de los patrones de comportamiento y uso repetitivo, lo cual también le daría más agilidad al cumplimiento de esos procesos mecánicos y, a consecuencia, a la operatividad de la empresa.

Por el otro, el usuario que toma decisiones y demanda un software más disruptivo, porque necesita de un sistema que le permita crear y predecir, no sólo en base a sus propios datos: también lo ayudaría que ese sistema le permita anticipar patrones de comportamiento de las personas y de la competencia.

El gran maestro del ajedrez, Gari Kasparov, decía: “las máquinas son muy buenas dando respuestas, pero los humanos somos increíbles haciendo preguntas”. Este es nuestro usuario clave, el que hace preguntas y desafía a nuestro software, el que le pide cada vez más porque también sus tareas y responsabilidades evolucionan. No es él quien se adapta a la tecnología: ahora la tecnología trabaja para él, aprende de él y lo empodera en sus decisiones.

La inteligencia Artificial como aliada

¿Cuánto tengo que pagar a 30 días? ¿Cuál es el saldo del banco de hoy? ¿Qué mercadería debo reponer ahora, o acaso debo esperar? La Inteligencia Artificial aparece para responder estas y otras tantas preguntas que podrían hacerse estos usuarios ávidos de información.

En el ERP, la IA se utiliza especialmente para descubrir o generar patrones de comportamiento de mercados, finanzas, inventario y así poder tener datos o predicciones que nos permitan tomar decisiones lo más acertadas, en forma rápida.

Para tener éxito en las respuestas, es importante la cantidad de datos que tenga en la base para utilizar, por eso estar en la nube es prácticamente imprescindible: debemos tener alojados ahí varios años de historia de nuestra empresa y, si es posible, información del comportamiento de los mercados. De esta manera, es posible maximizar la capacidad de aprendizaje del ERP para generar más información, patrones, fórmulas de cálculo, estadísticas y todo lo que nos imaginemos.

Estoy segura de que todos queremos un software que no solo nos haga el trabajo más cómodo: queremos un software que haga más eficiente nuestras decisiones y nos libere tiempo para ocuparlo en lo que nos gusta. Un software que, en definitiva, nos sume calidad de vida.

Por eso, al ERP del futuro lo imagino amigable y autónomo, que pueda llevar la administración de la empresa casi solo y que los dueños o gerentes simplemente estén supervisando y tomando decisiones claves.

Ante este panorama, la pregunta es: ¿y qué lugar ocupa el ser humano en esta innovación? La respuesta viene haciendo un paralelismo con el manejo de un avión, mi nuevo hobbie: la mayoría del tiempo de vuelo, no es una persona la que conduce, sino el piloto automático que ha sido programado para seguir una determinada ruta. El ser humano solo realiza las tareas de despegue o aterrizaje pues, a pesar de que el avión ya está capacitado para hacerlo, esas circunstancias claves aún no le son confiadas a una máquina.

Volar un avión es como ese ERP que imagino en un futuro cercano: un ERP que nos permita trazar nuestra propia ruta, que sea nuestro copiloto, para que podamos disfrutar del tiempo, mientras los sistemas nos ayudan a administrar los negocios.

*El presente artículo ha sido parte de la charla brindada por la Lic. Svetlana Czyz en el Finance Sessions organizado por Calipso el pasado 20 de septiembre en Buenos Aires. Tiene más de 20 años de experiencia en IT, es cofundadora y actual Advisor de Calipso, Compañía adquirida en marzo pasado por VISMA.